Historia del Shiatsu

Shiatsu es una palabra japonesa que significa “presión de los dedos”. Su origen viene de tempranas formas de masaje que empleaban frotación, martilleo, pellizcamiento, palmadas presión y estiramiento para influir en los músculos y sistemas circulatorios del cuerpo.

El shiatsu lo inició a principios del siglo XX un practicante japonés, Tamai Tempaku, que incorporó los más recientes conocimientos occidentales de la anatomía y la fisiología a otros métodos de tratamiento. Fue reconocido oficialmente como terapia por el gobierno japonés en 1964 y fue Namikoshi Sensei quien se apoderó del nombre de Shiatsu y consiguió que su escuela fuera nombrada como la oficial para obtener la licencia para practicar profesionalmente Shiatsu.

La función que ejercen los terapeutas de shiatsu es diagnosticar y tratar el cuerpo con los principios de la medicina oriental. El shiatsu es heredero de la tradición de la zona central de china de curar enfermedades con terapia física, masajes y ejercicios de respiración.

Fue un monje budista el que introdujo la medicina china en Japón, los japoneses practicaron y mejoraron muchos de sus métodos para adaptarlos a su propia fisiología, temperamento y clima.

Hay muchos estilos de Shiatsu, algunos se concentran en los puntos de “acupresión”, otros dan más importancia al trabajo en el cuerpo a lo largo de los canales de energía para influir en el Ki que fluye por ellos. Otros destacan los sistemas de diagnosis, “sistema de los cinco elementos”, o el tratamiento macrobiótico. Pero todos están  basados en la Medicina Tradicional China. 

Es Masunaga Sensei quien trae el Shiatsu al occidente actual. Fue uno de los alumnos tempranos de Namikoshi y por su interés en la psicología desarrolló un estilo propio llamado Shiatsu Zen, en el cual vuelve a los orígenes lejanos de la Medicina China y se centra en el uso de canales energéticos o meridianos en la técnica. Incorpora el diagnóstico Hara en su estilo.

CONCEPTOS BÁSICOS

El Yin y el Yang

Son el fundamento de la filosofía y la medicina china que luego se extendió al Japón. Son una forma de entender el mundo y nos ofrece una perspectiva distinta de nosotros, de nuestro entorno y de la relación que tenemos con él. Representan la dualidad que encontramos continuamente.  De la interacción armoniosa de las dos depende la vida. En esta interacción está el movimiento.

El Yin surge de la tierra para encontrarse con el Yang que baja del cielo. A diferencia de la idea de los opuestos, que la cultura occidental ha heredado de la antigua filosofía griega, las cualidades opuestas del yin y del Yang se ven como complementarias. Ambas crean y se controlan mutuamente. Pero no hay absolutos, nada hay absolutamente Yin ni absolutamente Yang: el yang se cambia en Yin y el Yin en Yang.

KI

El Ki surge de la interacción del yin y el yang y es la sustancia primordial del universo. El Ki abarca lo material y lo inmaterial, es una sustancia sin forma. El Ki se manifiesta tanto en la transformación como en la sustancia.

El cuerpo depende del Ki, de la sangre y de otras sustancias esenciales que cambian fluyen y circulan. Dentro del cuerpo el Ki circula por canales llamados “meridianos” sin forma material.

La sangre es un líquido o forma materializada del Ki. La sangre nutre y sustenta el crecimiento físico y renueva los tejidos y órganos. La sangre necesita el Ki para mantenerse en movimiento. El Ki necesita a la sangre para alimentar a los órganos en general. Los chinos concebían el espíritu o Mente, como una sustancia muy rarificada del cuerpo la más yang de todas, asociada con la conciencia, la inteligencia y la voluntad.

La teoría del yin y el yang no solo trata de explicar la relación entre las partes internas del cuerpo, también describe la relación energética entre sus aspectos internos y externos, entre los órganos vitales y la superficie. La condición interna del cuerpo se refleja en el exterior, el trabajo sobre el exterior puede afectar al interior. Que se pueda movilizar el Ki del interior del cuerpo por medio de un tratamiento externo es consecuencia de la continuidad de la red de energía entre el interior y el exterior.

LOS CINCO ELEMENTOS

La teoría del Yin y el Yang no fue la única que sirvió para que los antiguos chinos interpretaran el mundo. Ya en el primer milenio antes de nuestra era empezaba a surgir otro sistema por el cual se consideraba que todos los fenómenos eran una de las cinco manifestaciones resultantes de la transformación del Ki. Recibían el nombre de “Cinco elementos”, “Cinco transformaciones”, “Cinco fases” y se representaban simbólicamente como Agua, Fuego, Madera, Metal y Tierra. El ciclo es un círculo y cada elemento es una estación en este círculo. Es apropiado usar este sistema de los cinco elementos para describir la naturaleza humana en todos sus aspectos: físico, emocional, mental y espiritual. En la filosofía oriental una persona sana tiene su naturaleza en equilibrio. El Shiatsu y otras técnicas de la sanación oriental están enfocadas en buscar esta armonía, equilibrio con todo lo que nos rodee, e internamente en lo que es nuestro viaje o camino personal conectando la experiencia pasada con la que puede venir y uniendo todo en el presente. 

No hay un origen claro de las correspondencias entre los cinco elementos, todos interactúan unos con otros en un sistema complejo de correspondencias.

Se entiende que:

  • Todo posee todos los elementos.
  • Se puede subdividir a cualquier fase de los 5 elementos a sus componentes.
  • Los 5 elementos se crean mutuamente.
  • Los cinco elementos se consumen y controlan mutuamente.
  • Los 5 elementos se transforman en sí mismos y cada uno contiene las semillas de los demás.

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